Jueces Históricos

Salvador María del Carril

Retrato del juez Salvador María del Carril

Ojos pequeños, cejas pobladas, aspecto imponente y cierto “aire pretencioso”. Sentencioso para hablar y enfático en la acción. Así suelen describir las fuentes históricas el perfil del ministro de la primera Corte Salvador María del Carril.

Discípulo del Deán Funes, el mayor de los hijos de don Pedro del Carril nació en San Juan el 5 de agosto de 1798, estudió Jurisprudencia en la Universidad Nacional de Córdoba y alcanzó gran popularidad en su provincia natal.

“El joven Del Carril, con la majestad de su rango de familia, como un Jefferson o un Madison, con el tono dogmático y sentencioso que era el de la época, logró popularizar los principios liberales y crear el entusiasmo en su defensa y propagación, que fue uno de los rasgos característicos de la población de San Juan”, decía de él Domingo Faustino Sarmiento, quien lo tenía como a uno de sus coprovincianos ilustres.

Del Carril se trasladó a Buenos Aires para una práctica de tres años en la Academia de Jurisprudencia, donde fue autorizado para abogar el 1° de diciembre de 1820. Durante ese tiempo también tuvo actividad periodística, al punto que fue uno de los fundadores del periódico La Estrella del Sur.

Su larga trayectoria en la política comenzó en 1822, cuando sucedió a Narciso de Laprida como ministro de gobierno en San Juan. Impuso allí las novedades que había introducido Rivadavia en Buenos Aires: suprimió el Cabildo, reglamentó la administración de justicia y se empeñó en una tarea progresista que continuaría cuando, al año siguiente, con 24 años, fue designado gobernador de la provincia.

Desde los primeros meses de su gobierno se ocupó de organizar la Justicia y la forma de Gobierno, del embellecimiento de la ciudad, la apertura de avenidas, la reforma eclesiástica y el sistema electoral, entre otros asuntos. Aprobó la llamada Carta de Mayo, primera Constitución de San Juan, que establecía la libertad de cultos, ampliamente repudiada por la sociedad de entonces, lo que derivó en su caída.Exiliado en Buenos Aires, asesoró a Juan Lavalle y apoyó el fusilamiento de Manuel Dorrego.

Durante el gobierno de Rosas vivió el exilio en Brasil y Uruguay. Desde allí sentó los lineamientos del tratado firmado en Montevideo el 31 de diciembre de 1838, en el que se proclamó la libre navegación de los ríos Paraná y Uruguay, clausurados por Rosas.

Del Carril fue tres veces convencional constituyente (1826, 1853 y 1860) y primer vicepresidente constitucional en 1853, cargo desde el que ejerció la presidencia desde Paraná, por delegación de Urquiza, durante tres años y ocho meses.

Producida la unificación del país, fue electo senador por Entre Ríos en 1862. Al año siguiente, a sus 64 años, Bartolomé Mitre lo designó para integrar la primera Corte Suprema argentina. A los 71 fue elegido presidente del Tribunal, tras el fallecimiento de Francisco de las Carreras.

En la Corte firmó junto a Marcelino Ugarte la primera disidencia que se registró en un fallo del Máximo Tribunal (ver Efeméride en el Boletín número 4) en el caso “Chanfreau”, de febrero de 1871. De acuerdo con el artículo 21 del “Reglamento para el Orden Interno de la Corte Suprema de Justicia de la Nación”, en aquel entonces solo se consignaba el voto disidente o discordante a pedido del ministro en cuestión.

En 1877, bajo la presidencia de Avellaneda, dejó su cargo. Falleció seis años después, a los 85, en Buenos Aires.