Oficina de Referencia Extranjera
ORE - Jurisprudencia - Reino Unido
17/05/2024

CORTE SUPREMA DEL REINO UNIDO

Derecho a la propiedad intelectual. Patentamiento de invenciones creadas por inteligencia artificial. (Thaler (Appellant) v Comptroller-General of Patents, Designs and Trade Marks (Respondent), sentencia del 20-12-2023).


   
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CORTE SUPREMA DEL REINO UNIDO, Thaler (Appellant) v Comptroller-General of Patents, Designs and Trade Marks (Respondent), sentencia del 20-12-2023, en https://www.supremecourt.uk/cases/docs/uksc-2021-0201-judgment.pdf

 

Antecedentes del caso: en octubre y noviembre de 2018, el Dr. Stephen Thaler presentó dos solicitudes para patentar invenciones relacionadas con dispositivos novedosos y modelos de utilidad, conforme a la Ley de Patentes de 1977 del Reino Unido. 
Como en sus formularios de solicitud figuraba que él no era el inventor, se notificó al Dr. Thaler que debía presentar dos declaraciones: una declaración de invención y otra donde explicara de dónde derivaba su derecho al otorgamiento de las patentes, dentro del plazo de 16 meses a partir de la fecha de presentación de las solicitudes, conforme al art. 13.2 de la ley de 1977 y a la regla 10.3 del Reglamento de Patentes.
El Dr. Thaler respondió que, en ambos casos, el inventor había sido una máquina de inteligencia artificial llamada DABUS, que trabajaba en forma autónoma, y que como él era el propietario de DABUS, tenía el derecho al otorgamiento de las patentes. Además solicitó una audiencia en la que declaró que la información que había brindado cumplía con los requisitos de la ley de 1977 y del reglamento.
El 4 de diciembre de 2019, el funcionario de audiencias del Contralor General de Patentes, Diseños y Marcas —funcionario administrativo con tareas regulatorias respecto de ciertos tipos de propiedad intelectual en el Reino Unido— resolvió que DABUS no podía ser considerado inventor a los efectos de la ley de 1977, y que el Dr. Thaler no tenía derecho a solicitar las patentes por el mero hecho de ser su propietario. El funcionario también indicó que, una vez cumplido el plazo de los dieciséis meses previsto en el art. 10.3 del reglamento, las solicitudes se consideraban retiradas.
El Dr. Thaler interpuso una acción judicial contra la decisión del funcionario ante el Tribunal Superior de Justicia del Reino unido, pero fue desestimada. 
Luego, apeló ante el Tribunal de Apelaciones del Reino unido, y el recurso fue desestimado.
Finalmente, interpuso un recurso ante la Corte Suprema del Reino Unido.

Sentencia: la Corte Suprema desestimó el recurso en forma unánime y resolvió que el funcionario del Contralor había resuelto acertadamente que, una vez cumplido el plazo de los dieciséis meses previsto en el art. 10.3 del Reglamento de Patentes, las solicitudes se consideraban retiradas.
La corte señaló que el presente recurso hacía referencia a la interpretación y aplicación de las disposiciones pertinentes de la ley de 1977 al caso concreto de Thaler. 
En primer lugar, la corte debió analizar el alcance y el significado del término “inventor” en la ley de 1977 y si este podía comprender a una máquina de inteligencia artificial como DABUS. Señaló que, en su jurisprudencia, había resuelto que un inventor en el sentido de la ley de 1977 debía ser una persona física. Destacó que en el fallo “Rhone-Poulenc Rorer International Holdings Inc v. Yeda Research and Development Co Ltd [2007] UKHL 43”, la corte había resuelto que, en el contexto de un juicio relativo a derechos de propiedad intelectual, el inventor era la persona física a la que se le había ocurrido el concepto inventado. Agregó que los arts. 7.2 y 7.3 de la ley proporcionaban un código exhaustivo que permitía establecer quién tiene derecho al otorgamiento de una patente, y que establecían que el inventor debía ser una persona física y que cualquier otra persona a la que se le pudiera conceder la patente debía reclamarla a través del inventor. Asimismo señaló que el art. 13 no contenía ninguna sugerencia de que un inventor pudiera ser una máquina. 
Por esta razón, la corte consideró que el funcionario había resuelto acertadamente que DABUS no era el inventor de ningún producto o proceso nuevo descripto en las solicitudes a los efectos del art. 7 o del art. 13 de la ley de 1977.
En segundo lugar, la corte debió analizar la cuestión de si el Dr. Thaler era el propietario de alguna invención relacionada con un avance técnico realizado por DABUS y si tenía derecho a solicitar y obtener una patente.
La corte consideró que esta pretensión debía rechazarse. Señaló que el art. 7 de la ley de 1977 confería el derecho a solicitar y obtener una patente y establecía un código de categorías estructurado a tal fin. Agregó que el artículo exigía la existencia de un inventor, y que el inventor debía ser una persona. Advirtió que DABUS no era una persona física y señaló que si el solicitante no era el inventor, este debía ser una persona comprendida en alguna de las categorías del art. 7.2.b o 7.2.c, y que Thaler no cumplía con ninguna de ellas.
La corte señaló que para Thaler el análisis de su pretensión había sido incompleto. Según había argumentado, la ley de 1977 reconocía que existe propiedad sobre una invención en el momento en que esta ocurre, y como él era el propietario de DABUS, su derecho a solicitar y obtener las patentes derivaba por analogía o aplicación del principio de accesión.
La corte consideró que estos argumentos no podían aceptarse. Señaló que, por un lado, suponían, erróneamente, que DABUS podía ser y era un inventor y, por el otro, caracterizaban erróneamente una invención como si fuera o equivaliese a una propiedad tangible y como si su titularidad pudiera transmitirse —como cuestión de derecho— al propietario de la máquina que, supuestamente, la había inventado. 
La corte resolvió que no existía base alguna para aplicar a estas circunstancias el principio de accesión y destacó que el Tribunal de Apelación del Reino Unido había resuelto acertadamente que el principio de accesión no permitía —como cuestión de derecho— conferir al Dr. Thaler la propiedad o el derecho a solicitar y obtener las patentes para cualquier desarrollo técnico creado por DABUS en forma autónoma.
En tercer lugar, la corte debió analizar la cuestión de si el funcionario del Contralor tenía la facultad para considerar que las solicitudes habían sido retiradas.
La corte consideró que el funcionario estaba facultado para resolver que el Dr. Thaler no había cumplido con ninguno de los requisitos del art. 13.2 de la ley de 1977, por no haber identificado a ninguna persona o personas como inventor o inventores de las invenciones descritas en sus solicitudes, y agregó que el hecho de que fuera el propietario de DABUS no constituía una base adecuada para otorgar las patentes solicitadas. 
La corte coincidió con la decisión del funcionario de que, una vez cumplido el plazo de los dieciséis meses previsto en el art. 10.3 del Reglamento, las solicitudes se consideraban retiradas. Agregó que tanto el juez como el Tribunal de Apelación del Reino Unido no habían incurrido en ningún error al confirmar esa decisión y al declarar que las solicitudes se consideraban retiradas.