Inteligencia Artificial y Justicia Penal Juvenil

La Base General de Datos de Niños, Niñas y Adolescentes (BGD) de la Corte Suprema de Justicia de la Nación organizó un nuevo conversatorio, titulado “Inteligencia artificial y Justicia penal juvenil”, en el que se planteó la existencia de un nuevo paradigma judicial.

David Mielnik, prosecretario letrado de la Cámara Federal de Casación Penal y profesor titular de Derecho Penal y Análisis Computacional del Derecho de la Universidad Torcuato Di Tella, y Juan Gustavo Corvalán, director del posgrado en Inteligencia Artificial y Derecho de la UBA y cocreador de los sistemas inteligentes “Prometea” y “PretoIA”, disertaron en un encuentro virtual del que participaron más de 70 funcionarias/os y empleadas/os judiciales de todo el país.

Mielnik abrió el encuentro definiendo qué es la IA: “Se trata de una herramienta que introduce tecnología y trabaja a partir de algoritmos inductivos, capaces de aprender de los datos a los que son expuestos, sin la intervención humana”.

Su incorporación al trabajo judicial requiere de un enfoque interdisciplinario y del manejo de cierta expertise y especialización. Al mismo tiempo, aclaró que no todos los problemas se resuelven con la incorporación de esta tecnología. Hay cuestiones que se pueden solucionar introduciendo un Excel o automatizando pequeñas acciones, como, por ejemplo, en el caso de las notificaciones y los proveídos.

Para el experto, la IA es una herramienta que solo se adopta en la medida en que esté alineada con objetivos del Derecho y sirva para minimizar los sesgos, visibilizar las desigualdades, transparentar información y aportar eficiencia.

A través de la IA, las máquinas descubren patrones que permiten, por ejemplo, proteger datos sensibles (anonimizar la información de los fallos de la Justicia penal de menores); resumir sentencias o hacerlas más comprensibles, entre otras muchas posibilidades.

Corvalán, por su parte, dijo que “la computadora hackeó la noción espacio temporal de cómo se hacían las cosas en el trabajo”. La IA introdujo una nueva revolución en la forma de procesar datos hasta tal punto que “cambió el paradigma de cómo se piensa un caso judicial”, arriesgó.

Los especialistas sostuvieron que la IA involucra hoy el ejercicio del derecho al acceso a las herramientas digitales. Trabajar con IA, en tanto, implica introducir técnicas de algoritmos en función de un objetivo y pensar el proceso de trabajo desde la IA.  En este proceso, es fundamental que el funcionariado se involucre para definir qué necesidades tienen y dónde hay que hacer foco, concluyó Corvalán.