Oficina de Referencia Extranjera
ORE - Jurisprudencia - Estados Unidos
28/11/2025

CORTE SUPREMA DE LOS ESTADOS UNIDOS

Derecho a la vida. Derecho a la integridad y seguridad personal. Derecho a no ser sometido al uso irracional de la fuerza pública. Fuerzas de seguridad. Uso excesivo de la fuerza policial. Razonabilidad. (Estados Unidos).  La Corte Suprema resolvió que la regla del "momento de la amenaza" limitaba el análisis sobre el uso de la fuerza policial y que se debían considerar todas las circunstancias en un caso de violencia institucional. ("Barnes v. Felix", sentencia del 15-5-25).


   
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CORTE SUPREMA DE LOS ESTADOS UNIDOS, “Barnes v. Felix”, sentencia del 15-5-25, en https://www.supremecourt.gov/opinions/24pdf/605us1r30_h315.pdf

 

   Antecedentes del caso: en una estación de peaje, el agente de seguridad Roberto Félix Jr. intentó detener a Ashtian Barnes por supuestas infracciones cometidas y le ordenó que saliera del vehículo que conducía. En vez de bajar, Barnes comenzó a manejar y alejarse. Cuando el coche avanzaba, Félix saltó sobre la puerta del auto, se aferró a ella y disparó dos veces hacia el interior. Barnes recibió el impacto mortal de los disparos y el vehículo se detuvo. Solo transcurrieron cinco segundos entre el momento en que el auto empezó a moverse y el momento en que se detuvo. A su vez, pasaron dos segundos entre el momento en que Félix se aferró a la puerta y el momento en que realizó el primer disparo. 
  La madre de Barnes denunció penalmente a Félix en su nombre y afirmó que había violado el derecho de su hijo contra el uso excesivo de la fuerza, consagrado en la Cuarta Enmienda.
   El tribunal de distrito dictó un fallo sumario a favor de Félix al aplicar la regla del “momento de la amenaza”. La cámara de apelaciones confirmó esa decisión, y señaló que la regla del “momento de la amenaza” exigía únicamente analizar si un agente estaba en peligro en el momento de la amenaza que había derivado en el uso de la fuerza letal. Según esa regla, los eventos previos a los disparos no son relevantes. En este caso, el momento preciso de la amenaza, para la cámara, fueron los dos segundos en que Félix se aferraba a un automóvil en movimiento. El jurado sostuvo que los disparos fueron lícitos debido a que el agente de seguridad pudo haber creído razonablemente que su vida corría peligro. 
   En consecuencia, la madre de Barnes recurrió ante la Corte Suprema de los Estados Unidos.

   Sentencia: la Corte Suprema de los Estados Unidos revocó la sentencia y devolvió las actuaciones al tribunal de origen para que dictara un nuevo fallo.
   La corte resolvió que una demanda sobre el uso excesivo de la fuerza que un agente de seguridad llevó a cabo durante una detención debía ser analizada en virtud de la Cuarta Enmienda, la cual exige que la fuerza empleada sea objetivamente razonable desde la perspectiva del agente en el lugar de los hechos. Determinó que la investigación sobre la razonabilidad del uso de la fuerza policial requería considerar la totalidad de las circunstancias y que esa evaluación exigía una cuidadosa atención sobre los hechos y el contexto relacionados con el incidente. 
   La corte observó que lo más notable en este caso había sido que la investigación de la totalidad del contexto no tenía límite de tiempo. Agregó que, si bien la situación en el momento preciso de los disparos solía ser la más relevante, los hechos y circunstancias previos podían influir en la manera en que un agente razonable habría entendido y respondido a los hechos y circunstancias posteriores.
  La corte indicó que los eventos anteriores, además, podían demostrar por qué un agente razonable percibiría una conducta ambigua como una amenaza o, en cambio, como un comportamiento inocuo. El precedente “Plumhoff v. Rickard” (572 U. S. 765) ilustra bien el punto. En ese caso, el uso de la fuerza letal por parte de un agente de seguridad fue justificado “en el momento”, debido, en parte, a lo que había ocurrido en el período anterior.
   La corte señaló que la regla del “momento de la amenaza” aplicada al caso bajo estudio había impedido ese tipo de atención al contexto y, por lo tanto, había contradicho su lineamiento de evaluar la totalidad de las circunstancias. Entendió que los tribunales inferiores, al limitar su análisis a los dos segundos previos al disparo, no habían tenido en cuenta los elementos anteriores a ese momento final. Así, ejemplificó, no habían podido considerar los motivos de la detención ni las interacciones previas entre el sospechoso y el agente de seguridad. Y, debido a esa limitación, no habían analizado que los dos últimos segundos de la confrontación habrían sido diferentes si se hubieran situado en un período más largo. La corte estableció que una regla como esa, que impedía la consideración de hechos anteriores al evaluar un enfrentamiento policial, no era congruente con el enfoque basado en los hechos y sensible al contexto que la corte había dispuesto. La corte sostuvo que un tribunal que debía decidir en un caso sobre el uso de la fuerza no podía revisar la totalidad de las circunstancias si se encontraba cegado por la cronología.
   La corte no abordó la cuestión independiente sobre si la propia creación de una situación peligrosa por parte de un agente de seguridad era tenida en cuenta en el análisis de razonabilidad. Los tribunales inferiores nunca trataron esa cuestión, que tampoco había sido el fundamento de la denuncia de la madre de Barnes.